Las acciones son títulos representativos del capital social de una sociedad anónima. Su valor puede aumentar o disminuir a partir de factores económicos tanto de la empresa, como del país en general. Quien compra una acción se vuelve propietario de una parte de esa empresa y adquiere derechos sobre ella.
Cuando una empresa decide entrar al mercado de valores, emite nuevas acciones y las ofrece al público inversionista. El proceso consiste en presentar un plan de negocios, los estados financieros auditados de la compañía y el uso que le dará a los recursos que obtenga por esas nuevas acciones. Una vez la oferta ha sido realizada, sus acciones empiezan a cotizarse en el mercado. A través de él, los inversionistas pueden intercambiar acciones a corto y largo plazo.
Invertir en una acción no es una tarea fácil y por eso se deben tener en cuenta diferentes tipos de análisis: macroeconómicos (top-down), microeconómicos (bottom-up) y técnicos. En el macroeconómico se analiza el crecimiento de la economía, tasas de interés, decisiones de política monetaria y fiscal, entre otros. En el microeconómico se estudia la compañía, sus balances, el estado de resultados, su crecimiento, entre otros. En el análisis técnico se hace un análisis de gráficas.
Algunos tipos de acciones que pueden ser emitidas son los siguientes:
La decisión de invertir en acciones o fondos dependerá de tus necesidades y del riesgo que decidas tomar. Te recomendamos que analices muy bien las dos opciones y si tienes dudas, consultes con especialistas o asesores financieros.